Juan Bautista Segonds es
Presidente de la Fundación Rugby Sin Fronteras, organización sin fines de lucro
que basándose en los valores del rugby empuja hacia adelante en todo tiempo y
lugar.
Por Cecilia Baran
Bautista
Segonds, hoy presidente de Rugby Sin Fronteras, empezó a practicar este deporte cuando tenía
tan sólo ocho años. Desde entonces fue aprendiendo que jugar al rugby implica “dar la vida” por quien tenés a tu lado: “Te enseñan a ser solidario y
a entender la importancia de los valores y del trabajo en equipo”, explicó
Bautista poniendo como ejemplo que
muchas veces es necesario recibir un tackle para dejar que otro del
equipo quede libre dando continuidad a la jugada y, agregó: “Siempre estás
dando la vida por el otro; es conceptual desde que empezás a jugar al rugby.”
-La primera vez que se presentó la
remera de Rugby Sin Fronteras con la inscripción “Respeto” fue en el partido
entre CUBA-CASI en Villa de Mayo, ¿qué cambios observaste desde entonces?
-Empezamos
a encontrar un camino más concreto en cuanto a defender los valores
universales. El respeto se había perdido de un día para otro. Cuando propusimos
esa campaña la adhesión de los clubes y de la gente en general nos hizo ver que
era nuestra tarea ocuparnos de hacer entender la importancia de mantener los
valores. Gracias a que todos lo clubes reaccionaron positivamente pudimos
llevar adelante la campaña y, dejar en claro que en el rugby el respeto no es
negociable.
-Cuando fuiste a jugar el partido
de rugby a la Franja de Gaza en el medio de la guerra, ¿tenías consciencia que
ese “dar la vida por otro” tomaba otra dimensión?
-Creo que
eso fue el punto máximo que nos permitió aplicar el valor de la solidaridad. El
rugby te forma con cosas particulares y lo difícil es motivador. Con Rugby Sin
Fronteras hemos formado este equipo de “locos por la paz”, como nos
denominaron. Sabíamos que se había desatado la guerra en el lugar a donde nos
dirigíamos y estuvimos lejos de suspender el viaje. El equipo redobló la
apuesta y aún más teníamos que ir. Pero llegamos a un país donde no hay cultura
de rugby y explicar que habíamos ido a dar una mano, a ser solidarios aún
sabiendo que se había reactivado la guerra, provocaba miradas y caras extrañas y,
así fue cómo nos ganamos ese apodo maravilloso de “los locos de la paz”. Estoy
muy contento por haber podido poner en práctica más que nunca lo que implica el
valor del compromiso y la solidaridad.
-¿Cómo fue cuando escucharon sonar la sirena
para refugiarse o tirarse al piso?
Fue una
situación muy rara y no te cae la ficha hasta que pasa algo como el caso del
colectivo que explotó. Eso fue en Tel Aviv y nosostros justo habíamos llegado a
Jerusalem. Entonces, la toma de consciencia fue mayor. No estábamos
viendo una película de guerra sino que estábamos en medio de ella. Pero siempre
sentí la protección de un Ser Superior que hizo que no le tuviera miedo a nada.
-¿Cómo fue el primer contacto con
chicos que no tienen cultura de rugby y de ellos con la pelota ovalada?
-La cara de
los chicos cuando venían que iban a jugar a un deporte que nunca habían
practicado y que los esperábamos con un
montón de regalos y remeras era ver una explosión de felicidad. Llovía y hacía
frío pero los chicos no podían parar de jugar y correr. Venían de pasar ocho
días dentro de sus casas refugiándose de los ataques. Ese día, se produjo un
alto al fuego y pudieron disfrutar de estar al aire libre divirtiéndose con
nuevos amigos.
-¿Cómo lograron la convocatoria
para el partido de rugby por la paz en medio de ataques bélicos?
-Nos
ayudó mucho el Centro Pérez por la Paz. Igualmente, eso fue posible una vez
firmado el alto al fuego. De lo contrario, era irracional pensar que los
palestinos iban a poder pasar la frontera. Cinco minutos después de que se firmara
el alto al fuego estábamos llamando y golpeando puertas. La gracia de Dios y este
proyecto de amor hizo que se dieran las condiciones necesarias para poder
realizar el encuentro. Nosotros rebalsábamos de alegría por haber llevado a
cabo nuestro plan en la fecha prevista.
Además,
Bautista declaró que la gente que tiene que aparecer para que Rugby Sin
Fronteras pueda cumplir las misiones que se propone, va apareciendo hasta
inclusive en una situación de guerra: “Encontramos gente comprometida con la paz
y otras personas comprometidas con la guerra. En Argentina también hay seres
experimentales que nos están mostrando qué es lo que no queremos más. Como, también, hay
otros que dan buenos ejemplos y marcan el camino para poder cambiar desde un
nosotros hacia todos.”
foto crédito: Gonzalo Prados-gentileza Rugby Sin Fronteras |
Bauti, también contó anécdotas de su paso por Roma entre las cuales está su visita a Benedicto XVI: “Cuando estuve frente a las escaleras para saludar al Papa creo haber perdido la noción de tiempo y espacio. En ese momento, me eclipsó su mirada. Tiene una profundidad difícil de describir. Es una persona que irradia luz. Fue maravilloso. Tuve la bendición de estar ahí, entregarle una remera, agarrarle la mano, mirarlo a los ojos y contarle lo que hacemos en Rugby Sin Fronteras. El me dio su bendición y el apoyo a nuestra tarea. Fue una muy buena señal del Cielo como broche de oro para este 2012 que está terminando. Pensar que Benedicto XVI nos iba a recibir formaba parte de un sueño que se hizo realidad."
Todos los que quieran sumarse con la Fundación Rugby Sin Fronteras pueden escribir a info@rugbysinfronteras.org
Excelente nota Ceci y Guinderas!!!
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